Guanacaste tiene prácticamente asegurada la construcción del megaproyecto Paacume (Proyecto de Abastecimiento de Agua en la Cuenca Media del Río Tempisque y Comunidades Costeras) que promete darle la infraestructura necesaria al agua para que llegue hasta los cultivos y las comunidades de Nicoya, Carrillo y Santa Cruz.
La presidenta Ejecutiva del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), Yamileth Astorga, sin embargo, reconoce que el impacto ambiental de un embalse como el que se construirá sobre la reserva Lomas de Barbudal es alto y que, por ahora, el instituto no necesitará de esta agua para abastecer el consumo humano.
En una provincia en la que la mayoría del agua la consume la agricultura, la jerarca reiteró que para que el riego sea eficiente, Senara (responsable principal del proyecto) y Aresep (que regula las tarifas de los servicios públicos) deben ponerse de acuerdo para cobrar tarifas que tomen en cuenta la cantidad de agua gastada en los cultivos y no solo las hectáreas que rellena esa agua, como se hace actualmente.
Sobre este y otros temas como el arsénico en el acueducto de Bagaces y los pozos ilegales, conversamos con ella durante su gira por la provincia:
—¿Cree que Paacume va a ser una solución para la producción agrícola en Guanacaste?
—Considero que es una alternativa para épocas de crisis de sequía en Guanacaste. Yo te voy a ser honesta, grandes embalses generan grandes impactos [ambientales], pero los embalses contribuyen a tener una reserva de agua y un mejor manejo del agua para periodos de sequía extrema.
—¿Qué garantía dará AyA para que la mayoría del agua de Paacume que es para consumo humano vaya para las comunidades y no solo para megaproyectos turísticos?
Nosotros [el AyA] solo vamos a utilizar dos metros cúbicos [2,3 metros cúbicos por segundo, el 10% de la capacidad de Paacume] pero no en este momento. Nosotros, con los [otros] proyectos que estamos realizando, no vamos a necesitar más agua de aquí a 20 años.
— Ustedes monitorean cada mes los acuíferos de la provincia. ¿Tienen un dato o indicio de recuperación luego de la sequía del 2014 y 2015?
Sí. No solo se miden los niveles del acuífero sino también la calidad. Por ejemplo, en cuanto a salinidad, los medimos para ver cómo están y si se han recuperado con estas lluvias. Fue muy importante haber tenido ese periodo de sequía porque ya sabemos cómo se comportan los acuíferos, si hay sequía o hay abundancia.
Se han recuperado los acuíferos costeros en los cuales tuvimos los problemas de salinización, el de playa Panamá, Potrero, Brasilito y Tamarindo”
— ¿Se pueden volver a utilizar esos acuíferos que estaban salinizados?
— Se puede, pero primero tenemos que estar totalmente seguros de que se han recuperado y tenemos que tener control de la extracción del agua. Es que se ha identificado mucho pozo ilegal. Al abrir un pozo ilegal nadie sabe lo que se está extrayendo. Podemos tener un control de pozos que están registrados por AyA u otros, pero aquellos ilegales nadie puede tener un control y esto vulnera un acuífero otra vez.
Por eso la importancia de sustituir los acuíferos costeros, acuíferos sumamente vulnerables, por acuíferos continentales (como Nimboyores, Trancas, Sardinal-El Coco) en los cuales esa variación no es tan extrema.
— ¿Se puede ganar la batalla a las extracciones ilegales
— Se requiere una actuación del Ministerio Público y ahí hemos tenido un poco de problemas porque cierre los pozos ilegales. En estos momentos, dependemos de que un juez venga y clausure los pozos, es lo único que se puede hacer. Una nueva ley de aguas es la única forma de cambiarlo.
— La Ley de Aguas fue rechazada en la Sala Constitucional. ¿Ustedes promoverán entre los diputados que se redacte una nueva legislación?
— Bueno, yo pensaría que ya ha habido 17 años en los cuales se ha discutido muchísimo la Ley, en donde tenemos muy claro lo que debe venir y lo que no.
— ¿Qué cosas?
—Por ejemplo, los concejos de las unidades hidrológicas [que el proyecto de ley definía como espacios de participación de la comunidad en la toma de decisiones sobre el recurso hídrico]. Esto fue algo que se eliminó, no obstante si algo tengo claro es que no podemos conseguir la ley perfecta y que si esta ley pasase, vamos a tener muchos más instrumentos para hacer mejor gestión del recurso hídrico.
[Nota: después de la entrevista, el AyA confirmó que evaluarán con otras instituciones redactar un texto sustitutivo para una nueva Ley de Aguas y presentarla nuevamente ante la asamblea legislativa].
—Hablemos de acueductos ahora. ¿Por qué se siguen presentando índices relativamente altos de arsénico en el agua del centro de Bagaces?
—Hay un control permanente de la planta removedora de arsénico. [La planta] tiene un medio que es el que remueve [el arsénico], entonces él se va saturando y lógicamente la remoción va disminuyendo. Cuando vemos que ya la concentración va a llegar a 10 [microgramos de arsénico por litro de agua, máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud], se lava el filtro o sustituimos el filtro, entonces eso es lo que se hace, por eso vemos que sube mucho o baja.
—Entonces, los vecinos siguen consumiendo arsénico…
—En esos límites sí, porque es permitido. Si vos revisás la concentración máxima permitida en otros países es mucho más alta que la de Costa Rica, hay países con concentración de arsénico hasta de 30, otros hasta 50. Nosotros tenemos una de las concentraciones más bajas permisibles que es de 10, esa concentración no te causa daños a tu salud.
—La solución para ustedes es el nuevo acueducto Epifanía en Bagaces…
—Por supuesto. La solución es eliminar las fuentes que tienen arsénico.
—¿Cómo está el avance de ese acueducto?
—Tuvimos un problema porque en los cinco terrenos [por donde pasaría el acueducto] no hubo forma de que los propietarios estuvieran de acuerdo con el avalúo [precio que les iban a pagar por las tierras] que se hizo. Entonces salieron los terrenos a expropiación y la expropiación dura meses, pero ya estamos terminando el proceso.
— El último informe del Programa Integral de Agua para Guanacaste (Piaag) todavía muestra 33 proyectos pendientes de los 56 programados. Entre ellos varios que debieron finalizar en diciembre del 2017, como el Acueducto Regional Costero de Santa Cruz (conocido como Nimboyores), el de Papagayo Sur (Trancas) y el de Sardinal-El Coco-Ocotal. ¿Puede explicar por qué no se han concluido?
— Las razones son de diferentes porqués. Pienso que en el de Trancas es una causa externa a la institución. Hubo problemas con la construcción del tanque, la empresa (encargada de las obras) tuvo que desarmarlo y volverlo a construir. Todo está listo exceptuando el tanque, nosotros lo tenemos proyectado para concluirlo en unos dos meses máximo. En el proyecto de Santa Cruz (Nimboyores), los tanques de acero vitrificado no cumplieron en una primera licitación que nosotros sacamos.
— ¿Por qué no cumplieron?
— Porque dentro de los criterios se pedía que la empresa tuviera un profesional especialista en geotecnia y tenía que demostrar su experiencia. La anterior empresa que había participado no logró cumplir con este criterio y entonces se tuvo que volver a sacar la licitación.
— ¿Y actualmente ya se eligió a una empresa?
— Sí.
— ¿Cuáles son los plazos para terminar Nimboyores?
— Nosotros lo estamos programando para el primer trimestre del 2019.
— ¿Van a pagar más los vecinos de Santa Cruz por el agua que consuman de Nimboyores?
— No se les va a subir las tarifas a los usuarios. Se va a mantener la tarifa actual.
— ¿Cuál es la situación del acueducto Sardinal-El Coco?
— Nosotros hemos concluido con la puesta de la tubería, el tanque está en construcción y el campo de pozos también.
— ¿Se llegó a un acuerdo con la comunidad?
Sí, hicimos un proceso bastante interesante en donde incluso el exministro de comunicación participó, hubo reuniones semanales. Se llegó a una propuesta de un decreto ejecutivo y bueno contamos con participación tanto de personas de Sardinal como del Coco y se llegó a firmar un acuerdo.
— ¿En qué consiste el acuerdo?
— Tomamos un compromiso de que el agua que se va a extraer será máximo de un 40%, el otro 60% va a quedar de reserva y no la vamos a tocar
[En el 2016, Astorga dijo en entrevista a La Voz de Guanacaste que el 75% del agua que hoy día se consume en el país, y también en Guanacaste, y que se extrae de los acuíferos, es para riego en la agricultura, no para consumo humano]
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